viernes, 8 de noviembre de 2013

15 de octubre de 1920


Tacubaya, octubre 15 de 1920.

Señorita Amparo Bolado
Guadalupe Hidalgo*.
Mi querida Amparito:

Efectivamente, como lo dices en tu cartita de ayer, estuve algo enfermo del estómago; pero no creas que fue cosa de cuidado. Entiendo que me hizo daño la emulsión, pues empecé tomando cucharada grande en cada alimento sin recordar aquello de que “No por mucho madrugar amanece más temprano”.

Como te digo, ya pasó.

Efectivamente, es lástima, y grande, que no hubiese ido a la solemnísima función del día 12 último, pero hubo para ellos algunas razones que me lo impidieron: primero, no estaba completamente sano; segundo, no tenía el correspondiente boleto; tercero, no me agradan las “peloteras”; y cuarto, no me resuelvo todavía a escuchar música, aun cuando sea religiosa. Por contraposición, entiende, bien mío, que a tu lado habría estado menos triste y pensativo que de costumbre y más en un día como ése, que es aniversario memorable, ¿te acuerdas de qué…? Luchena vino encantada y me relató punto por punto cuanto le había ocurrido en el tiempo que estuvo ausente… Está muy agradecida por las finezas de ustedes.

En realidad, Conchita no sabía en dónde estábamos hospedados en Toluca. Por eso no pudo decírtelo. Pero de todas maneras te agradezco en el alma los recuerdos que hiciste el día 8… Como te contaría Luchena, pasamos esa fecha en Tenango, lugar que dista unos 25 kilómetros de Toluca.

Te repito que el cuadro está precioso y realmente siento que hayas tenido tantas dificultades en la preparación de la manta, pues de otro modo había sido un hermoso par. No pienses por esto que soy ambicioso: ya te dije en mi anterior que no merezco lo que haces y te afanas por mí.

Ya me contaron que dice Luis que tú no eres variable, como lo son todas las mujeres, porque él no deja que lo seas. Mírate que reservada eres, cómo no me habías contado que tal sucede. Conque necesitas que te cuiden, porque si no… kalabacitas con quince letras…

Mañana por la tarde pienso ir a saludarte, para que me cuentes lo que te ha ocurrido en esta semana tan agitada y tan festejosa, en la que me figuro te habrán sorbido el seso entre fieles, peregrinos, visitas, devotos, arcipestres y prelados. Si vieras que es una dicha incomparable vivir lejos de las basílicas.

En fin, querida Amparito, saluda a Anita de mi parte. Y mientras tengo el gusto de verte, recibe el amor de tu José Luis.

*Se refiere a lo que en aquellos años seguía siendo Villa Guadalupe Hidalgo, y que hoy conocemos como La Villa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario