Al
señor ingeniero José Luis Osorio Mondragón
en el día de su santo
Señor,
de poeta nada tengo,
y
si a tanto llega mi osadía
es
porque en este memorable día
un
humilde respeto a presentaros vengo.
Sois
del bosque cristiano fuerte roble
que
enhiesto allá en la montaña
y
frondoso en la humilde cabaña
prodigáis
a todos vuestra sombra noble.
En
las aulas del saber vuestra sapiencia
ha
infundido en todas las almas juveniles,
no
a un puñado, ni a cientos sino a miles,
lo
más sagrado para vos: vuestra ciencia.
Va
quedando de vuestra vida en pos
una
brillante y luminosa estela,
y
las oraciones de esa juventud que os desvela
llegarán
siempre hasta el altar de Dios.
Además,
otras oraciones llegarán al Cielo,
porque
sois de Cristo y de su ley
de
entre la multitud de su grey
su
humilde siervo acá en el suelo.
Me
dirán muchos: citadme un preclaro hombre
que
no se avergüence de ser cristiano
y
que por amor a Cristo siempre tienda la mano.
Yo
responderé: ¡Sí, hay entre muchos un hombre!
Y
con toda la sinceridad de mi corazón,
y
así como la muchedumbre a su héroe aclama,
gritaré,
ese hombre existe y se llama:
José
Luis Osorio Mondragón.
Leonel
Gimpotz (Tam-hozcua) *
Tacubaya,
a 8 de octubre de 1929. El autor se equivoca: no es el onomástico de José Luis, cuyos nombres se celebran el 19 de marzo y el 21 de junio. En realidad, el 8 de octubre es el día de su cumpleaños, y en ese momento cumplía 44 años de edad.
*En
tarasco, Tam-hozcua significa “cuatro estrellas”, y es un canto purépecha. No
queda claro por qué señor Gimpotz lo utiliza a modo de sobrenombre.
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