sábado, 6 de noviembre de 2010

19 de abril de 1907


Sentados, de izquierda a derecha: 
Luz Elena Osorio Mondragón, José Luis Osorio Mondragón, 
María Luisa Mondragón, otro Mondragón no identificado 
e Ismael Aguilar Muñoz



Río Blanco, abril 19 de 1907.



Señorita Luz E. Osorio

Mi muy querida hija Rorrito:



Con el gusto de siempre recibir tus cartitas del lunes, las que esperaba con gran deseo. Pasa que me supuse que se habría usted asustado un poquito con el temblor, porque en México se sintió más fuerte que fuera de él. El lunes pedí informes y me contestaron que tus padrinos, tú y tu hermano no tenían novedad, lo cual yo esperaba (en) Dios que a tu hermano y a ti no les sucediese nada malo. Los que tienen la bendición de Dios y la de sus padres, que no los olvidan ni los abandonan. Además, son ustedes unos hijos obedientes y buenos, y gracias a Dios que los haya cuidado.



Aquí sentimos fuerte el temblor, pero, como pensaste, nos sorprendió dormidos, y ya despiertos no nos pareció tan largo como fue, pues siguió temblando más de un minuto de duración, y no ocasionó ni derrumbes ni desgracias personales.



Me dicen que el domingo fuiste con tu hermano a comer a la casa de tu tío Enrique (Mondragón), y como esta visita fue con el consentimiento de tus padrinos, estoy satisfecho de ello. Pasa que me gusta que tu hermano y tú se unan de tiempo en tiempo, para que (ilegible) y se den consejos íntimamente; para que lo animes en sus estudios, lo lleves a misa con disimulo y te informes de lo que necesita o le hace falta, y lo hagas extrañar menos a la familia.

Saluda con cariño y dales memorias de todos nosotros a tus bondadosos padrinos. Y tú, mi hija querida, recibe el amor y la bendición de tu padre.

J. Osorio


*Se refiere al terremoto ocurrido a las once y media de la noche del miércoles 14 de abril de 1907, cuyo epicentro se localizó en la costa de Guerrero y que alcanzó la misma magnitud que el que vivimos setenta y ocho años después, en septiembre de 1985. Acapulco y otras localidades cercanas a la zona epicentral fueron las poblaciones más afectadas, mientras que en la Ciudad de México se registraron cuarteaduras en varias construcciones, como el Palacio Nacional, la Catedral y los templos de Santo Domingo y Santa María la Redonda. El doctor Osorio habla de un minuto de duración, pero los registros históricos señalan que fueron ocho minutos...




De izquierda a derecha: la señorita Luz Elena Osorio Mondragón, la niña Clotilde Otonelo, 
el joven José Luis Osorio Mondragón y el señor Tomás Otonelo, padre de Clotilde


Río Blanco, abril de 1907.

Señorita Luz E. Osorio
Queridísima Rorrito:

Recibí tus letritas el domingo. Me dio mucho gusto, pues ya tenía hambre de saber de ti. Ya te extraño mucho muy seguido. Creo oír tus pasos y hasta te oigo hablar. Por aquí, así, así, porque no está del todo bien. Ayer se sintió acalenturado y mal del estómago. Ahora está regular. La niña ha estado también con calentura y muy inapetente y naturalmente yo muy angustiada de ver que se enflaquece. Los retratos aún no llegan. El sábado fue Otonelo* a recogerlos, pero no estaban. Dijo que estarían el martes o el miércoles. Creo que hasta mañana los recibirá. Tu vestido azul está listo para marchar, pero dice mamá (que) digas si lo necesitas. No va con el vestido amarillo, porque (se) maltratará mucho. La semana que entra se te mandará. Ya nos dirás cómo te queda el vestido. Procura seguir el bulto tan luego como recibas ésta. Quisiera ser más extensa, pero en este momento salgo a Orizaba a poner al express el bulto. Dale mil besos a mi serafín y dile que por qué está mudito. También (a) tus padrinos dales recuerdos. Y para ti mi cariño y un beso.


Guadalupe*

*Guadalupe Romero (1865-1965), Tití, quien siempre fue considerada parte de la familia, quedó huérfana desde muy pequeña y fue adoptada por el matrimonio Osorio Mondragón. Muchos años después, los bisnietos de don José y doña María de la Luz todavía tuvimos la oportunidad de pasar corriendo y ver a Tití sentada junto al radio, muy atenta a las corridas de toros. En cuanto a la carta, cuando Tití habla de una niña enfermita, es probable que se esté refiriendo a Clotilde, la hija del señor Tomás Otonelo.




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